OFICIALES DE LA ADMINISTRACIÓN DE OBAMA DEBEN PAGAR POR FILTRAR INFORMACIÓN AL WASHINGTON POST

MIAMI 18 DE MAYO DE 2020, —Las crecientes evidencias sugieren que la administración Obama se involucró en graves corrupciones con lo que ha llamado ObamaGate.

Los demócratas y sus aliados en los medios de comunicación pasarán los próximos meses engañando al público centrándose en las acusaciones más febriles contra el ex presidente Barack Obama. Pero el hecho es que ya existen pruebas más convincentes de que la administración Obama incurrió en mala conducta con el afán de abrir la inventada investigación de la “colusión de Trump con Rusia”.

No es una conspiración tomar nota de que la investigación sobre el presidente Trump se basó en un documento de investigación de la oposición lleno de mentiras y, muy probablemente, desinformación rusa.

Sabemos que el Departamento de Justicia retuvo pruebas contradictorias cuando comenzó a espiar a los que estaban en la órbita de Trump.

Existen pruebas de que muchas de las solicitudes se basaron en pruebas “fabricadas” o plagadas de errores. Sabemos que los miembros de la administración Obama, que no tenían un papel genuino en las operaciones de contrainteligencia, desenmascararon repetidamente a los aliados de Trump. Y ahora sabemos que, a pesar de la escasez de pruebas, el FBI le tendió una trampa a Michael Flynn.

El contexto más amplio sólo hace que estos hechos sean más condenatorios.

A finales del 2016, la comunidad de inteligencia de la administración Obama había normalizado el espionaje interno. El director de inteligencia nacional de Obama, James Clapper, mintió al Congreso sobre espiar a ciudadanos estadounidenses. Su director de la CIA, John Brennan, supervisó una agencia que se sentía cómoda espiando al Senado, irrumpiendo en los archivos informáticos del Congreso por lo menos cinco veces.

El propio fiscal general de Obama, Eric Holder, invocó la Ley de Espionaje para espiar a un periodista de Fox News, presentando su caso a tres jueces hasta que encontró a uno que le dejó nombrar al reportero como co-conspirador.

La administración Obama también espió a los periodistas de Associated Press, que en su momento la organización de noticias calificó como una “intrusión masiva y sin precedentes”.

Los funcionarios de Obama fueron sorprendidos monitoreando las conversaciones de opositores de acuerdos con Irán en el Congreso.

¿Qué hace que alguien crea que esta gente no crearía un pretexto para espiar al partido de oposición?, sabemos que Barack Obama estaba muy interesado en el progreso de la investigación de la colusión rusa.

En sus últimas horas en el cargo, la asesora de seguridad nacional Susan Rice escribió un correo electrónico auto preservado para sí misma, señalando que había asistido a una reunión con el presidente, la Fiscal General Adjunta Sally Yates, el Director del FBI James Comey y el Vicepresidente Joe Biden en el que Obama subrayó que todo en la investigación debería proceder “por el libro”.

Los altos funcionarios de la administración Obama no siempre llevaron a cabo esas investigaciones “por el libro”? se sabe que más de 30 oficiales solicitaron que se publicara entre ellos el nombre de Michael Flynn, hasta aquí no hay delito, la corrupción está en que una de esas personas filtro el nombre a el Washington Post, ese mismo día 5 de enero del 2017, Joe Biden solicito el nombre, todos los dedos apuntan hacia él, pero cualquiera que lo haya hecho debe ser castigado y porque no al o los periodistas que recibieron la información clasificada, deben afrontar el peso de la ley, si ya Erik Holder investigo a periodistas, porque no hacerlo en esta administración y el o los culpables deben ir a la cárcel.